Los pastéis de Belem y otros dulces portugueses
Cuando piensas en Portugal, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza?
Futbolistas famosos, exploradores de continentes, fados, edificios antiguos pintados de colores vibrantes,… Son muchas las respuestas posibles e imagino que cualquiera que haya estado en el país vecino tendrá una distinta. Para mí, que adoro la buena mesa, una de las cosas que más recuerdo del país vecino es su gastronomía. Tienen unos vinos, pescados y mariscos estupendos. También sus postres son espectaculares. Las recetas de los dulces y pasteles portugueses son uno de los secretos mejor guardados de Portugal.
Los dulces portugueses son similares a muchos de los que podemos encontrar en España y eso es porque comparten sus orígenes en las cocinas de los conventos y la influencia árabe. Los frutos secos como las almendras o avellanas, el hojaldre, la canela y la crema suelen formar parte de sus ingredientes. Estos son algunos de los más conocidos.
Pastéis de Belem – El primer puesto de popularidad en el ranking es para estos pastelitos típicos de Lisboa. Son pequeñas tartaletas de hojaldre rellenas de crema y espolvoreadas con un poco de azúcar y canela. La receta tiene su origen en el Monasterio de los Jerónimos, en el barrio de Belém, de ahí su nombre. Aunque encontrarás pastéis de Belém o similares por toda Lisboa, los de la receta original los hacen justo al lado del monasterio, en la Fábrica de los Pastéis de Belém. ¡Preparan nada más y nada menos que unos 20.000 al día!
Queijadas de Sintra – Son unas pequeñas y suculentas tartas elaboradas con queso fresco, huevos, nata y azúcar. La receta de este dulce portugués se remonta al s. XIII. Aunque las queijadas pueden comprarse en muchos lugares, una de las pastelerías más clásicas en la que comprarlas es Piriquita, en Sintra, donde las preparan siguiendo una receta que se remonta al 1862.
Fios de Ovos (huevo hilado) – Son unos pequeños fideos de amarillos hechos de yemas de huevo hervidas en almíbar, de ahí su color intenso. Normalmente se utilizan como relleno o para decorar otros pasteles, aunque también se pueden comer como acompañamiento para bandejas de salmón, canapés, carnes o entremeses en ocasiones festivas, ya que además de dar color a los platos contrastan con su sabor dulce.
Bola de Berlim (berlinesa) – Tal y como sugiere su nombre, este dulce procede de Alemania, pero los portugueses tienen un ingrediente especial que transforma este dulce similar al donut en una exquisitez. En Portugal la bola de Berlim suele ser más grande que su colega alemana y va rellena de crema pastelera. Perfecta para acompañar una taza de café.
Así que ya sabes, si viajas a Lisboa o a cualquier otra ciudad portuguesa, date el capricho de probar alguno de sus secretos mejor guardados.